Los espacios vending, parte activa en el diseño arquitectónico

HOSTELVENDING.com | 30/06/11.- Las máquinas expendedoras, en su continuo afán para evolucionar, no sólo lo han hecho en tecnología, dispensación de productos o ahorro de energía; sino que también se adaptan como un elemento arquitectónico más en el diseño de un edificio o una ubicación. En el andén de una estación de tren, una máquina debe estar estratégicamente colocada, no sólo por temas publicitarios o para incitar a la venta, sino como un elemento más del emplazamiento, que tiene que tener una funcionalidad concreta y no estorbar a las demás funciones, por ejemplo tapar paneles de información.
En una oficina, de no planificarse bien, las expendedoras pueden perturbar el paso de la gente o sobresalir en un pasillo. De ahí que tome auge la propuesta de arquitectos y diseñadores de interiores para la consolidación de los "Sistemas Integrados de Venta", puntos donde las máquinas sean parte de la estructura del espacio que se usa diariamente. No sólo eso, sino que además sean espacios para reforzar las relaciones sociales de los empleados y usuarios.
Las interacciones, tanto las formales como las informales, son clave, para el buen devenir de las relaciones en una empresa y, de paso, crear puntos para la conversación y el surgimiento de ideas que, por qué no, puedan ayudar al negocio. Estas aplicaciones son idóneas para distanciar las fronteras y mantener una colaboración y comunicación libre y fácil. Nunca se debe subestimar el poder de la comida y la bebida para atraer a las personas y provocar la conversación. Las máquinas vending son la excusa perfecta para mejorar la sociabilidad y la productividad, delante de sus productos es donde surgen muchas de las mejores ideas.
Las tendencias van dirigidas a una fusión atractiva y eficiente de la venta, ubicaciones que se adapten cada vez más a nuestro estilo de vida y estén disponibles las 24 horas con artículos de tan diversa utilidad como cosméticos, periódicos y servicios de telecomunicaciones, junto con los más tradicionales, como alimentos y bebidas.
Las máquinas expendedoras no son sólo útiles, son parte del tejido de nuestras vidas. Para los consumidores con cierta aversión a esta tecnología, que prefieren el contacto humano en sus compras, esta planificación permite que las máquinas no se crucen en sus caminos, pero que a la vez se configuren en un espacio más confortable, cómodo, ideal para la pausa y la conversación; cambiando quizás ese concepto sobre la distribución automática.














