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Vending de pequeño formato pero con entidad propia - Minivending

Vending de pequeño formato pero con entidad propia - Minivending

HOSTELVENDING.com 09/02/2015.- El minivending es un subsector de la venta y distribución automáticas que desde hace años se rige por sus propias reglas. A veces alejado de su “hermano mayor”, el vending tradicional, a veces algo más cercano con interacciones y relaciones duraderas, el vending de pequeño formato se mueve en unos márgenes muy estrechos en los que las innovaciones llegan de manera lenta.

Hablamos de un universo tan extenso y prolijo que prácticamente es imposible establecer cuántas máquinas de este tipo hay en el mercado y mucho menos el volumen de dinero que mueven. La variedad de productos que podemos encontrar en estas pequeñas expendedoras es enorme y, en parte, los artículos que incluyen son los que definen las características de negocio.

Es tan heterogéneo que quizás por ello resulta muy complicado encasillarlo, clasificarlo y relacionarlo con el vending de snacks y bebidas con el que tantas características comparte. La diversidad es directamente proporcional al desconocimiento que existe de este mercado fuera del ámbito de influencia de los propios implicados, un aspecto que en gran medida dificulta su aceptación, también su relación con el negocio de la venta y distribución automáticas y, como no, su expansión. Por contra, su sencillez, su escasa exigencia de inversión para la instalación y el escaso coste de su productos, son las que le abren las puertas de los negocios y la que al final lleva al consumidor a hacer uso de los dispositivos sin plantearse nada más.

No existe una clasificación institucionalizada del tipo de vending al que nos referimos, aunque desde Hostelvending siempre hemos querido distinguir entre las que ofrecen productos de alimentación, servicios de consumo, juguetes o artículos infantiles. El contenido define el negocio y, por tanto, es el elemento clave que lleva al éxito o al fracaso tanto a fabricantes como operadores.

En el primero de los casos, la oferta sigue moviéndose entre los snacks de frutos secos, el producto a granel y las chucherías, abriéndose a nuevos mercados de manera paulatina como por ejemplo ha ocurrido con las cápsulas de café. A su amparo han surgido dispensadoras muy variadas y modernas como las de GM Vending que pudimos ver en la pasada edición de Vendibérica con el producto de Stracto, espacio en el que también se presentó la ExpeCoffee de Laiv, una expendedora de capsulas de café pensada para su instalación en Pymes, pequeñas oficinas y comercios, o la presentada por Revena en la pasada edición de Hostelco Barcelona, una solución para la venta de cápsulas de café mediante un sistema que no necesita electricidad y que por su diseño encaja en cualquier espacio por reducido que sea sin que ello merme su capacidad, ya que puede albergar hasta 150 tazas.

Aquí son los fabricantes de productos los que no terminan de colaborar con los fabricantes de las máquinas para introducir nuevos tentempiés. En el caso de las máquinas a granel se entiende por las limitaciones pero hay multitud de modelos en los que se puede insertar pequeñas latas y envases con el producto que se quiera, siempre y cuando no necesite frío, aunque hay iniciativas que con máquinas más elaboradas y con conexión a la red ya son capaces de conservar refrigerados.

Quizás sea en la modalidad de servicios de consumo donde podemos ver más variedad. En este caso la propia naturaleza del artículo en venta es el que condiciona el modelo de la máquina y el que permite que surjan nuevas ideas de negocio asociadas a pequeñas expendedoras que pueden ser mecánicas e incluso incorporar mecanismos eléctricos, una variante que como veremos más adelante no cuenta con la aceptación total de fabricantes y operadores por lo arriesgado de su empleo en un tipo de negocio que, al menos en nuestro país, prefiere ir sobre seguro con equipos muy básico y simples que eviten problemas.

En este caso, la venta de artículos relacionados con el tabaco y la higiene íntima son los que mejor funciona con diferencia, incluyendo además los preservativos. Son una apuesta segura en este negocio, pero desde luego no la única. Como hemos dicho, iniciativas emprendedoras en nuestro mercado y también a nivel internacional prueban con perfumes, artículos de belleza, kits deportivos, pelotas de tenis, accesorios variados, souvenirs, etc. Este pasado 2014 hemos visto un buen número de novedades en este sentido.

Por último encontramos las máquinas infantiles. Su enorme variedad y la gran expansión de las mismas hacen que podamos hablar de un subsector propio que ha evolucionado bastante y que cada vez se perfecciona más para cumplir con los estándares de calidad que se exigen para cumplir con las normativas. Este importante cambio ha sido posible gracias a la evolución de los fabricantes, ahora implicados en procesos de inversión con mayor entidad, y obligado por la propia tendencia de la sociedad, más exigente y con más recursos para elegir.

Como hemos reseñado en alguna ocasión, aunque la producción masiva en mercados capaces de tirar por los suelos los costes irrumpe con fuerza y se posiciona en muchos emplazamientos, si al final no se maneja un buen material, el propio mercado termina por rechazar la marca o el producto. Las máquinas infantiles y los productos que expenden deben cumplir una función de entretenimiento y proporcionar diversión a sus usuarios, los niños, si contamos con una máquina que se estropea de manera asiduo o artículos que no aguantan la primera caída al suelo, por mucho que solo cueste un euro, el cliente no repetirá y eso se nota en el minivending.

Las máquinas de bolas y productos bajo licencia se mueven al mismo ritmo que marcan las modas o los personajes de cine y televisión favoritos. En este sentido, se siguen produciendo los lanzamientos de manera asidua a lo lardo de todo el año, como ya nos relataba Miguel Delgado, gerente de Discapa, fabricante de máquinas expendedoras y cápsulas.

CUÁNTO MERCADO Y EN QUÉ CONDICIONES

Uno de los objetivos que nos marcamos con la realización de este reportaje fue el detectar y establecer cuántas máquinas de minivending hay en la actualidad en nuestro país y qué volumen de negocio generan. Hemos de sincerarnos y admitir que ha sido imposible. Sin unos datos oficiales que nos aproximen a la realidad, cada fabricante y operador nos ha dado una cifra distinta y siempre aproximada según su percepción y conocimiento del mercado.

Algunos como Cristóbal Alonso, gerente de Cají Export, se aventura a indicar unas 30.000 máquinas en todo el territorio español, “yo tengo unas 3.000 y abarco el mercado de Canarias y Andalucía”, afirma. Por su parte, Ovidio García de ETN Vending eleva la cifra a “50.000 máquinas, si hablamos de máquinas mecánicas y metálicas (preservativos, chicles, cepillos dentales, etc.) sin contar con las de bolas infantiles”.

Alfonso Tabares, gerente de Ilerven no se arriesga a dar una cifra. “Es casi imposible saber ese dato. Hay que tener en cuenta que en la actualidad hay operadores que pueden tener 10 o 20 máquinas y otros muchísimas más, mientras que a su vez cada vez más emprendedores se inician en este sector y les basta con empezar poco a poco, ya que el precio de las máquinas es muy asequible”, destaca.

Su empresa, que vende tanto equipos de minivending como sus consumibles, tan solo el año pasado puso en la calle alrededor de 1.000 máquinas entre equipos nuevos y de segunda mano, una cifra nada desdeñable en los tiempos que corren de una empresa que podríamos calificar de tamaño mediano porque si nos vamos al que es el principal fabricante de máquinas de infantiles, de frutos secos o chicles la cifra sube hasta unas 20.000 anuales (datos de 2012). Es el caso de Laiv aunque también es cierto que casi el 60% de las ventas de esta empresa se realizan en el exterior, por lo que en España se quedan alrededor de unas 8.000.

Las cifras que nos dan desde Clenport completan algo más este dispar escenario con 100.000 máquinas en el mercado de este fabricante portugués que tiene otras tantas unidades fuera de la península ibérica

No son las únicas compañías que se ven obligadas a salir al exterior para sobrevivir. La difícil situación económica que vivimos desde hace ya unos años ha hecho mella en esta pequeña industria, muy dependiente de sectores primarios como la propia hostelería, los hoteles o los centros comerciales. Algunas solo pueden sobrevivir con las ventas que realizan en el extranjero, una dependencia que en muchos casos hace insostenible el negocio y ha llevado al cierre a algunas compañías o al menos a plantearlo si no mejoran las cosas.

“En nuestro caso hacemos pedidos puntuales y el año pasado solo llegaron encargos desde el extranjero, los hemos hecho pero casi no compensa por eso hemos decidido centrarnos en otros proyectos de mayor envergadura como es el vending de batidos de proteínas en el que hemos logrado evolucionar muy rápido”, señala Daniel Navarro, gerente de Artidis, una pequeña empresa que hace unos años probó fortuna con el minivending de perfumes.

Solo los grandes fabricantes de máquinas han logrado mantenerse con cierta soltura. Es más, en muchos casos las empresas que han funcionado bien, lo han hecho mejor durante este 2014 debido a ese proceso de concentración derivado del cierre o el abandono del negocio por parte de otras enseñas. “En nuestro caso hemos tenido un buen ejercicio. Muchas veces se subestima el potencial que tiene el minivending, un negocio que por otra parte goza de una gran movilidad lo que permite buscar las mejores ubicaciones si no funciona nuestra instalación en un momento dado”, destaca Alfonso que además confirma que el de las máquinas infantiles es un negocio consolidado que funciona bien y cuyas máquinas tienen una gran fiabilidad, “algo que se valora mucho en este negocio porque lo que busca el local o el operador que se introduce en el son equipos que no les den problemas, que no se atasquen o que no tengan que estar parados a la espera de que llegue el técnico”.

Minivending

Ese potencial en el que confían los fabricantes y los operadores de minivending viene dado también por las mejores perspectivas que se otorgan a esos negocios que son básicos para la ubicación de las máquinas y que también nos dan una idea aproximada del número de máquinas que puede haber en la actualidad y que se puede alcanzar si proliferan.

Según los datos aportados por la Federación Española de Hostelería, lo bares siguen siendo los establecimiento más numeroso dentro de su sector, aunque en 2013 haya bajado su número. En total en ese año se contabilizaron 194.530 establecimientos de este tipo, espacios que son los lugares perfectos para la instalación de máquinas de servicios, en algunos casos infantiles.

Los bares han sido los establecimientos más perjudicados por la crisis mientras que, a pesar de las circunstancias, las empresas hosteleras dedicadas a servicios de restauración, como los restaurantes y cafeterías, y los negocios relacionados con la actividad de catering, han visto incrementar su participación en la población empresarial de la hostelería en cifras absolutas y relativas, al igual que el sector de alojamiento.

Los restaurantes y puestos de comida se sitúan a continuación de los bares. El censo de estos establecimientos en 2013 perdió el rápido ritmo de crecimiento que tenía los años anteriores, con un descenso en ese año respecto a 2012 de un 0,9%. En 2013 se estima en España la existencia de 72.294 establecimientos, incluyendo las cafeterías que sirven comidas. Los restaurantes y los puestos de comida representaron el 34% de la producción en 2013, con 40.597 millones de euros, un 0,4% más respecto al año anterior.

Respecto al subsector de colectividades, en 2013 fue el único subsector de la hostelería que tuvo un incremento positivo respecto al año anterior en cuanto al número de establecimientos, con un avance de un 2,6%, hasta un total de 13.671 locales. Todavía no se ha agotado la fortaleza pasada en la expansión que tenía este grupo económico, y hay que destacar que ha sido uno de los sectores de la hostelería con mayor capacidad expansiva en el corto plazo reciente. En 2013 el incremento sobre el año anterior fue de un 6,4%, con 11.615 millones de euros facturados.

Por su parte, el número de hoteles prácticamente se mantuvo respecto al año anterior, registrándose 14.781 locales. Este subsector representa el 14% de la producción hostelera con 17.426 millones de euros, lo que supone un incremento respecto al año anterior de un 1,8%.

Los bares han sido los establecimientos más perjudicados por la crisis -destaca la patronal hotelera- mientras que, a pesar de las circunstancias, las empresas hosteleras dedicadas a servicios de restauración, como los restaurantes y cafeterías, y los negocios relacionados con la actividad de catering, han visto incrementar su participación en la población empresarial de la hostelería en cifras absolutas y relativas, al igual que el sector de alojamiento.

La tendencia para este 2015 es que sigan mejorando las circunstancias en todos los segmentos, por lo que si hablamos de 300.000 locales de este tipo por qué no podemos hablar de 300.000 máquinas de minivending, teniendo en cuenta que es muy habitual entrar en un local y ver en su el espacio reservado a los baños o el guardarropa una máquina de chicles, de preservativos o de cepillos de dientes.

Este es un dato también que nos hace pensar que las 50.000 máquinas que apunta Ovidio se quedan cortas en la realidad. También podemos irnos a otro indicador que se puede interpretar con datos positivos para la expansión, como es el de los centros comerciales. A finales de 2013 se contaba con 718 centros comerciales en el conjunto del mercado ibérico (550 en España y 168 en Portugal), los cuales contaban con una superficie bruta alquilable de 18,30 millones de metros cuadrados.

Un apartado especial merecen los locales de ocio nocturno ya que prácticamente todos cuentan con una máquina o varias de ellas en sus instalaciones. Una prueba de ello es el proyecto puesto en marcha por Ilerven con el apoyo de la Generalitat Catalana en los bares de copas de Lérida. “Uno de los requisitos para que el local logre la Q de calidad turística, -un distintivo de calidad, seguridad y profesionalidad que otorga el Instituto para la Calidad Turística Española- es que posea una pequeña expendedora”.

Los centros comerciales son ubicaciones también básicas para el minivending, en su vertiente infantil, alimentaria y de servicio, no en vano suelen ser las que más recaudan y una prueba es la inversión que se hace en este tipo de sitios, con complejas instalaciones modulares que ofrecen prácticamente de todo, más en su vertiente de entretenimiento. Las previsiones de la consultora DBK, filial de Informa D&B (Grupo Cesce) para el bienio 2014-2015 apuntan un ligero repunte de la oferta nueva, si bien con tasas de crecimiento moderadas, mientras que para el cierre de este año se estima que estarán operativos en el conjunto del mercado ibérico 725 centros, siete más que a finales de 2013, mientras que en 2015 se espera "una moderada aceleración" en el ritmo de crecimiento.

MInivendingEs evidente que aunque todas estas puedan ser ubicaciones potencialmente interesantes para el minivending, no necesariamente todas ellas tienen que ser de calidad o rentables para el operador. Como sucede con el vending de gran formato, en este tipo de negocio la localización y el funcionamiento de la misma es esencial en el rendimiento. Para este negocio la localización lo es todo y decide por completo la rentabilidad de una máquina ampliando o reduciendo sus plazos de amortización.

Un ejemplo de que no siempre un lugar de gran tránsito da más beneficios es la prueba piloto que desarrolló Wrigley en los autobuses metropolitanos de Barcelona. La compañía instaló durante seis meses una pequeña expendedora de golosinas en un vehículo de la línea 7, una prueba que no dio los resultados esperados puesto que tras el test la empresa no encontró “interesante” seguir con la idea.

Sin embargo, no está claro que fueran motivos de rentabilidad los que dieron al traste con el proyecto. Desde Wrigley hubiesen seguido mejorando las opciones e incluso ampliándolas. No ha sido posible y las "razones que han llevado a no continuar con el proyecto corresponden a fuentes externas y no de Wrigley", nos aseguran desde la compañía.

De todos modos, experimentos como este son los que hacen alta para que nuevas empresas y negocios presten interés y tomen el minivending como un servicio completo que ofrecer a sus clientes y usuarios.

QUÉ ES RENTABLE Y QUÉ NO

Relacionado con la ubicación volvemos a una característica que tiene este tipo de vending y que lo diferencia de las grandes expendedoras de snacks y bebidas como es la movilidad. Estas pequeñas máquinas tienen más libertad de movimiento por su tamaño y también por las exigencias normativas al respecto.

Miguel Fernández, gerente de Clenport asegura que “hay más locales para el minivending que para el vending, incluso creo que el minivending factura más, pero es difícil (no imposible) de controlar, muchas veces son empresas familiares y casi siempre de autónomos”.

Es útil recordar que hasta marzo de 2010 era necesario que la máquina contara con una autorización u homologación por parte de la Comunidad Autónoma en la que se fuese a ubicar y activar. Desde que entrara en vigor la Ley 1/2010, de 1 de marzo, de reforma de la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista, en consonancia con lo dispuesto en la Directiva 2006/123/CE, esta exigencia se extinguió, siendo solo necesario que la máquina cumpla la normativa técnica que les sea de aplicación.

Para protección de los consumidores y usuarios, en todas las máquinas de venta deberán figurar con claridad la información referida al producto y al comerciante que lo ofrece (el tipo de producto que expenden, su precio, la identidad del oferente, así como una dirección y teléfono donde se atiendan las reclamaciones) y la información relativa a la máquina que expende el producto (el tipo de monedas que admite, las instrucciones para la obtención del producto deseado, así como la acreditación del cumplimiento de la normativa técnica aplicable).

Con la entrada en vigor de la Ley 1/2010 de reforma de la ley de ordenación del comercio minorista, el operador de vending ya no precisa de una autorización previa para ejercer la actividad de la venta automática, que hasta ahora venía solicitando a la autoridad competente en materia de comercio.

“Estas máquinas de minivending no requieren ningún permiso para su instalación, solamente el del establecimiento donde se van a poner”, destaca Ovidio García. Otra cosa es cuando hablamos de máquinas que se van a instalar en la calle, como puede ser el caso de las infantiles de bolas que sí que están sujetas a las condiciones que establecen los diferentes Ayuntamientos.

A nivel nacional, además de la obligación de los operadores a constituirse como empresa, nos podemos remitir a la Ley de Seguridad Alimentaria para la venta de cualquier producto consumible y la Ley de Ordenación del Comercio Minorista. La regulación, por tanto, es escasa y, por ello, el control también.

Esta mayor libertad no siempre se traduce en más capacidad de innovación y en el descubrimiento de nuevas ubicaciones más rentables. Se hacen pequeñas pruebas y test para la promoción conjunta de productos de marca e incluso con una relación directa con el vending “grande”, sin embargo, no terminan de cuajar. Mucho menos si nos vamos a lugares privados, como grandes empresas, donde una oferta de máquinas a instalar en los baños públicos puede ser una oportunidad o un fracaso según las expectativas.

El caso es que se innova poco en materia de zonas elegidas para el minivending, también porque, como hemos destacado ya, en este negocio se busca la simplicidad, más si tenemos en cuenta que hay operadores que lo utilizan como un complemento con explotaciones de entre 20 y 30 máquinas, pocas para plantearse espacios que solo dan dinero muy a largo plazo.

Ahora bien con qué baremo establecemos qué es rentable y qué no. Aunque muchas empresas son reacias a hablar de los márgenes de beneficios y las recaudaciones netas de las máquinas, lo cierto es que hay ciertos mínimos y medias que las propias empresas aportan a los emprendedores que quieren iniciarse en el negocio. Como es normal y se encarga de recordarnos el responsable de Clenporte, “los ingresos dependen mucho del producto”. Una vez más la calidad se nota y, por su puesto vende más.

El gerente de Cají nos apunta que puede variar tanto que una máquina con poca actividad puede ser que apenas alcance los 20 euros, mientras que una con una buena rotación en el lugar adecuado puede llegar a los 300 euros sin demasiado esfuerzo. Estos últimos números no son fácil de alcanzar. En Ilerven, con sus máquinas en explotación la media se sitúa en unos 60 euros mensuales por máquina al margen del 15% o el 20% que se suele negociar con el local, “de los que hay que descontar el coste del producto”.

Como hemos podido comprobar la diversidad es muy parecida a la que nos encontramos en el vending tradicional, es más en algunos casos las cantidades se asemejan bastante, solo que la inversión anda tiene que ver. Son miles de euros de diferencia en algunos casos y los precios de los productos (restringiéndonos solo al café, las bebidas y los snacks son muy similares o con muy poca diferencia), por lo que la afirmación de Miguel no parece tan descabellada.

En estos años de menor inversión y consumo los experimentos en el minivending no han tenido si quiera la oportunidad de cuajar. Y aunque a cada empresa le ha podido ir bien una línea diferente de productos, hay ciertos puntos en común en las declaraciones que hemos podido recopilar. Desde ETN Vending e Ilerven coinciden en apuntar los equipos que distribuyen papel de fumar y mecheros los que mejor han funcionado estos años, ya sean de manera individual o combinando estos artículos en las máquinas multiproducto.

Es una opción que, ubicadas junto a las propias máquinas de tabaco o en lugares desde los que se puede tener acceso desde la calle en un amplio horario, tienen una gran demanda tanto en espacios de ocio como en establecimientos de hostelería. Mucho ha tenido que ver el ascenso paulatino del consumo de tabaco de liar desde 2010, un crecimiento casi directamente proporcional a las caídas registradas por las cajetillas de cigarrillos según los datos aportados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos. El menor desembolso de dinero está detrás de esta tendencia de los fumadores que, por otra parte, ha permitido al minivending subsistir con solvencia.

Miguel Fernández apunta a los productos dulces como los que mejor han funcionado en el rango de máquinas que trabaja y que abarcan una gran variedad dentro de la dispensación de alimentos, mientras que Cristóbal destaca las que venden productos eróticos y complementos alimenticios, siendo las máquinas de mecánicas de dos a cinco canales las que mejor comportamiento han tenido.

SU RELACIÓN CON EL VENDING “GRANDE”


“No hay ningún complejo de inferioridad ni marginación. Aunque las máquinas se denominen vending, lo que marca la diferencia son los sectores de instalación y los modelos. Cada modelo encaja en un sector, existe el de vending cautivo -en empresas, colegios, hospitales, etc.- donde se instalan maquinas de café, bebidas frías, snacks…; el vending público donde van en la calle instalaciones de bebidas frías, recargas teléfonicas, snacks, café; el minivending que son máquinas auxiliares de hostelería para poder controlar los productos pequeños y de bajo costo que estos establecimientos están obligados a tener para atender su clientela, pero que les es engorroso su distribución a mano y su dificultad de cobro, y otro tipo de vending, las máquinas infantiles dsitribuidoras de bolas con regalos, chicles, bolas saltarinas,  etc.  Cada sector de los indicados son los que determinan las diferencias en el vending, no hay hermanos mayores ni menores. La diferencia está en la empresa que se forma para cada modalidad de negocio porque todas las máquinas requieren una forma de trabajar y atención distinta”. Así de bien lo resume el responsable de ETN Vending.

MinivendingY ¿por qué no hay más sintonía entre el minivending y el vending en gran formato? Lo primero aclarar que hay muchos profesionales del sector que piensan que sí existe una relación natural y cordial entre ambos segmentos. Y lo cierto es que si existen muchos puntos en común, pero también es evidente que, al menos en nuestro país, cierta distancia les separa más allá de la diferenciación que realiza Ovidio.

Las primeras disonancias, ya mencionadas, se observan en el tipo de empresas que forman un subsector y otro. “Normalmente en el minivending encontramos empresas familiares o emprendedores particulares que parten de una idea y pequeño proyecto de ingeniería para luego empezar a fabricar a pequeña y mediana escala. No hay grandes fabricantes (a excepción de alguno) como sucede en el vending”, señala Alfonso, una opinión que comparte con Miguel.

También el propio funcionamiento de las máquinas, unas son mecánicas, otras eléctricas, y muchas veces aunque se puedan compartir ubicaciones, “el minivending presenta ciertas limitaciones por cuestiones de seguridad que no le permiten estar en la calle las 24 horas” y, en otros casos, el espacio que ocupan hace que unas quepan donde otras no. Las diferencias que hay en la inversión son otro punto que los distancia en opinión de Cristóbal.

¿Sería beneficioso que hubiera otro tipo de relación para el minivending? La mayoría apunta que sí. “Vending solo hay uno que abarca sectores diferentes. Normalmente el que opera con máquinas en empresas no se mete en hostelería ni en infantiles ni en minivending. Cada operador se especializa en un modelo porque la atención que hay que prestar también es diferente”, insiste Ovidio.

Sin embargo, no todos son tan categóricos. Alfonso no logra entender por qué “operadores de vending cautivo no instalan más expendedoras de minivending”, cuando hay empresas en las que podría encajar perfectamente. Lo mismo opina Cristóbal que está convencido en que podrían salir beneficiados de una mayor relación: “Nos beneficia más que nos identifique con el vending en general, por lo menos en mi caso en concreto ya que engo explotaciones propias y una comercial con ventas de consumibles para todo tipo de maquinas vending”.

También aboga por una separación menor Miguel Fernández. “En nuestro caso preferimos que no haya separación porque somos capaces de fabricar muchas cosas y quien tiene máquinas grandes también podría tener las pequeñas y otros productos”.

Un ejemplo claro de la discordancia la vemos cuando preguntamos en su participación en Vendibérica. Es la feria comercial más importante del sector en nuestro país y, sin embargo, no se percibe como una gran oportunidad por todos los fabricantes de máquinas y productos para el minivending. “No es el modelo de exposición donde van nuestros clientes y el costo que nos supone no nos compensa económicamente”, se sincera el responsable de ETN Vending, una empresa que prefiere acudir a citas como Interazar.

Esta última también es un lugar más habitual para los fabricantes de máquinas de bolas saltarinas o infantiles, compañías que durante el mes de enero tienen una cita ineludible en la EAG de Londres. Y eso que si hacemos un repaso por el perfil profesional de una y otra no deberían existir esas limitaciones o ese menor interés que señala Ovicio. En Interazar encontramos visitantes profesionales relacionados con bingo, juegos de caridad, casinos comerciales, cruceros, juegos, clubs, I-Gaming, loterías, apuestas, resorts, otras organizaciones del juego, boleras, hosteleros…, mientras que en Vendibérica hallamos operadores de vending, encargados de contratación de empresas públicas y privadas, responsables de establecimientos hosteleros, alojamientos turísticos, colectividades, instalaciones de ocio, deporte y bienestar, instalaciones de transporte de viajeros, estaciones de servicio, distribuidores de tabaco… Por tanto en los dos ámbito hay mucho y muy interesante para el minivending.

Hay otras empresas que sí han apostado por Vendibérica y seguirán haciéndolo como es el caso de Clenport que estará en Madrid el próximo mes de abril para exponer y divulgar sus novedades “y escuchar a los operadores” que también es muy importante.

¿MÁS TECNOLOGÍA?

Esta es una pregunta que nos hacemos muy a menudo. Cuando hablamos con operadores y fabricantes de vending en general conocemos la respuesta de antemano. Sin innovación tecnológica es imposible avanzar, ganar mercado y fidelidad clientes, sin embargo, en el minivending esto no está tan claro y a estas alturas del reportaje ya hemos visto algunas de las razones.

Hay mucha reticencia a cualquier aspecto que exija una mayor inversión. Ni los fabricantes están por la labor de arriesgarse a meter nuevos sistemas de pago o hacer que estas máquinas pasen a ser eléctricas, ni los operadores confían en que ese mayor desembolso inicial se traduzca en mayores ventas de cara al público.

Si recurrimos a los mercados más avanzados en esta materia, véase Estados Unidos o Japón, lo cierto es que hay mucha más variedad y no tanto miedo a incluir soluciones tecnológicas e innovadoras que permitan ganar nuevo público o darle nuevos servicios.

El primer escollo que hay que salvar es el de la sencillez. “La gente elige el minivending porque no quiere ni demasiado trabajo ni estar detrás de si la máquina funciona o deja de funcionar”, reitera el responsable de Ilerven. “El operador quiere los menores problemas posibles y aunque todavía no se ha fabricado ninguna máquina infalible, todas o la gran mayoría alguna vez se atascan, no creo que interese demasiado que se metan nuevos mecanismos. Lo fácil es ir a una máquina mecánica y olvidarte de ella”. “Son alternativas que encarecen demasiado las máquinas por lo que perderían su ventaja económica”, coincide Ovidio.

Por contra, hay otra corriente que no duda en plantearse esta opción tecnológica como una vía para el crecimiento. Se ve como una alternativa arriesgada pero que se debe asumir para seguir evolucionando y también para competir en un mercado que demanda esa tecnología y unos usuarios que, aunque no desdeñen lo vintage, se manejan en su día a día con aparatos más sofisticados.

Todavía son muchos los que piensan que al cliente se le puede dar cualquier cosa y se va a contentar porque tan sólo se ha gastado un euro (precio por otra parte que parece inamovible en el sector a pesar de que hay muchas alternativas), pero lo cierto es que la exigencia del consumidor ha aumentado.

En el caso de las infantiles lo hemos visto con claridad y desde hace un tiempo se habla de interacción con el consumidor. Además de ofrecer productos cada vez más interesantes, con mayor calidad y con la entidad suficiente para ser un juguete o entretenimiento atractivo y útil para el público al que va dirigido, el recorrido de la industria nos lleva a máquinas que proporcionen algo más a sus usuarios. Interactividad es la palabra clave que emplean los fabricantes para hablar del futuro y también del presente como es el caso de Control Vending, cuya creación más ambiciosa, la Magic Twister ya proporciona ese algo más.

Para las máquinas infantiles existe esta opción de juego que quizás para otros subsectores no sea viable, pero la visibilidad, otra característica que diferencia estos equipos mecánicos más coloridos y atractivos para la vista, se ha ido ayudando en los últimos años de dispositivos luminosos que funcionan mediante pequeñas baterías y opciones de sonido que permiten llamar la atención del transeúnte.

Ya hay máquinas de minivending que incorporan pequeñas pantallas en las que se incrusta publicidad, otra vía para la explotación y nuevos ingresos para el operador, y muchas otras que ofrecen nuevas fórmulas de pago al margen de los monederos mecánicos.

“No creo que hayamos avanzado en interactividad, pero por nuestra parte ya estamos empezando a incorporar novedades tecnológicas. El minivending no pierde la esencia por ello, lo que ocurre es que la inversión es mayor y, por lo tanto, se tarda más en recuperarla, pero sigue siendo rentable si encontramos el local y los productos adecuados”, defiende Miguel Fernández.

Como indicábamos al principio de nuestro reportaje el avance se produce de manera muy lenta y atendiendo a las declaraciones de los entrevistados no será este un año en el que veamos grandes revoluciones en la oferta que existe.

Y de las pocas que podremos ser testigos, las empresas prefieren desvelar sólo pequeños detalles. “De los proyectos funcionando” de ETN pasamos a las “máquinas con sistema de pago electrónico y TPA” de Clenport.

Entre los fabricantes de productos podemos destacar las nuevas líneas lanzadas por Salysol en su gama de latas de minibar. Son ocho productos nuevos que incluyen aceitunas de queso, ajo y limón, chicles sin azúcar, choco jeans, rellenitos y maíz frito con sabor barbacoa. Con un tamaño de 65x55mm están pensadas para su máquina expendedora M-81, así como para Minibar.

En Ilerven las novedades pasan por la continuación de su Plan Renove que permite llevar las máquinas antiguas para hacerse con nuevos modelos, las nuevas ofertas para el incentivo de compra con máquinas de regalo y la creación de una nueva categoría en su página web para la venta de productos OCB.

Cají Export vuelve a apostar por productos de higiene íntima y la homeopatía para relanzar su oferta. El primero de ellos, es el denominado Pipi-fácil ó Easy-pee y el segundo un suplemento vitamínico que mejora el rendimiento sexual.

Pipi-fácil es un adaptador urinario femenino, destinado al vending, que permite a la mujer orinar de pie, de una manera fácil y cómoda. “Es un producto muy seguro para la higiene, ya que evita el contagio de infecciones, por lo que es recomendable su utilización en servicios públicos, centros comerciales, estaciones de autobuses, estaciones de tren, aeropuertos, etc.”, destacan desde la empresa.

Por su parte, Vigarex Forte es un suplemento dietético 100% natural que se emplea para aumentar el rendimiento sexual y el deseo, así como combatir estados de decaimiento anímico y mejorar el tono vital en general. Es un producto que forma parte del catálogo de Cají desde hace un tiempo y que sigue funcionando bastante bien en el mercado.

Como deberes para evolucionar este año Miguel apunta “al trabajo y la necesidad de organizarse, usar las nuevas tecnologías etc., hay que alterar algunos malos hábitos”. No todo depende de lo bien o mal que lo puedan hacer las empresas del sector, como apunta Ovidio “es necesario que la economía de familia mejore, aunque nuestra labor es seguir atendiendo bien las máquinas en cuanto a servicio, limpieza y surtido de mercancía”.



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