Ante la caída del 25% en la facturación del sector de comida rápida, ¿es el delivery suficiente?

HOSTELVENDING.COM 20/04/2021.- Si bien la aplicación de los pedidos a domicilio mitigaron los efectos económicos del cierre temporal de la restauración tradicional y la limitación de aforos, no fue suficiente para responder la gran caída del consumo en sala, según el estudio sectorial elaborado por INFORMA: “Cómida Rápida y a Domicilio”.
En 2020, la facturación de las empresas de comida rápida se desplomaron un 25,5% en comparación con el ejercicio anterior. La suma de 3.050 millones de euros el año pasado, ponen de manifiesto la mella que han hecho las medidas restrictivas, con especial mención a las épocas de confinamiento.
Con ello, comienza la era delivery, que vivió un fuerte impulso ante la tendencia de los pedidos a domicilio; hablamos de ventas de 925 millones de euros, que supone casi un 30% respecto al año anterior. Sin embargo, a lo que al restaurante tradicional se refiere, esta medida no consiguió compensar las pérdidas del consumo en sala.
Las pizzerías, el único segmento que mantuvo, en parte, sus ventas
La mayoría de locales sufrieron una evolución negativa, a excepción de las pizzerías, que consiguieron introducir rápidamente y de forma efectiva el delivery –tan solo disminuyeron sus ingresos un 12,8%). En cuanto al resto, las hamburgueserías experimentaron una caída del 28% y las bocadillerías, un 33%.
Un 2020 con menos establecimientos y mayor concentración de las ventas
La oferta total de establecimientos del sector la conformaban el año pasado 5.360, una cifra notoriamente menor a la de 2019, debido principalmente al cierre de los locales ante la falta de medios para atender a los consumidores de forma segura, y la propia reticencia de estos a acudir a los establecimientos.
En cuanto a la estructura sectorial, estuvo marcada, y continúa, por la gran concentración de las ventas por parte de las grandes cadenas. De hecho, las cinco primeras aglomeran el 73% del mercado total.
Con esta situación, cabe plantear varias cuestiones: si el delivery no fue suficiente como herramienta de servicio, ¿podría la distribución automática complementar este método para compensar las pérdidas en el negocio in situ? Las máquinas expendedoras 24 horas han demostrado ser un canal estratégico para muchos establecimientos, no solo de retail, sino de restauración. Por otra parte, las grandes empresas de comida rápida, que evidentemente cuentan con mayor sustento económico, también han sido las que más han apostado por la distribución automática de alguna u otra forma, aglutinando así el mayor número de ventas: ¿coincide este hecho con esa apuesta por nuevas formas de restauración y distribución?