Del autoservicio al autocuidado: El unattended contribuye al bienestar

HOSTELVENDING.COM 02/07/2025.- Las nuevas estrategias del unattended deben pasar por entender al usuario como protagonista. Si en la anterior etapa, hablábamos de importancia de actualizar el parque de máquinas a nivel tecnólogico; hoy, está marcada por el valor, la experiencia y el propósito.
Con el transcurso de los últimos años, somos testigos de un cambio cualitativo, pero también de percepción, de la distribución automática. Y ya era hora. A día de hoy, es una fórmula con entidad propia, flexible, escalable y en sintonía con la sociedad actual, marcada por la inmediatez, la autonomía y, al mismo tiempo, la personalización.
En esta redifinición de la industria, la principal artífice ha sido la tecnología, sí. Ahora bien, con esta tecnología ya aplicada y los deberes hechos, lo que va a establecer que el servicio genere valor, beneficio y fidelización, es en cómo construye esas relaciones sin presencia humana; entender que las máquinas son más que fríos metales.
El usuario final no solo compra, interpreta
Hasta hace un par de años -algunos lo mantienen-, la compra ideal era aquella que se hacía inmediata, impersonal y sin buscar más allá que la transacción del producto; sin embargo, aunque sigue primando esa importancia de la rapidez, el momento se convierte en una microexperiencia; sobre todo en cuanto al foodservice. Por ejemplo, una receta de café en una estación de tren mientras esperas; una bebida funcional en un coliving, o un menú saludable en un centro sanitario. Son en esos momentos en los que el usuario interpreta si la marca está comprometida con él.
Por esa razón, esos nuevos modelos de negocio del unattended que os mencionamos en Hostelvending, giran hacia conceptos como el autocuidado, el bienestar y la elección consciente (palabras sumamente buscadas en RRSS, además). La distribución automática se adapta -en todas sus versiones- al consumidor actual (y a todos ellos).
Tecnología sí, pero suscrita a la experiencia
Reconocimiento facial, interfaces multilingües, oferta personalizada, memoria de recetarios self-made, conversaciones con IA... todo suma y todo aporta; pero siempre desde un prisma en el que la tecnología no sea el objetivo, sino el medio. Debemos ser capaces, como decíamos en nuestro reportaje sobre restauración automática, de humanizar la experiencia a través de la automatización; aunar lo mejor de los dos mundos.
Por otro lado, de adaptar la oferta; pero de verdad: bebidas funcionales, snacks aptos para diferentes dietas y alérgenos, cafés de especialidad, opciones de proximidad...
Nuevos ambientes; nuevas oportunidades
Además de todo lo anterior, el auge de la distribución automática se ha visto motivado por la transformación de diversos entornos laborales y, en esencia, urbanos: coliving, coworking, zonas comunes, alojamientos turísticos con servicios 24h, residencias, centros de bienestar, deportivos, universidades... Todos ellos, piden soluciones automatizadas que funcionen sin incidencias (y aportando todo lo que hemos mencionado).
Y, como hemos hablado en diversas ocasiones con operadores y actores del sector, no se trata de poner máquinas "como churros" en sitios donde antes no estaban, sino de integrarlas con lógica y sentido. Es decir, que respondan a ese momento, perfil y necesidad concreta. Entendamos el contexto y aportemos valor, esa es la clave.
Nuestra gran baza: el dato
Lo hemos dicho hasta la saciedad: no somos conscientes del poder que tenemos con los datos que la máquina recoge cada día. Cada operación, deja su rastro, y en definitiva, una radiografía de cada perfil de usuario. Cada producto elegido, franja horaria e incluso código postal nos permite establecer decisiones con sentido, de decirle al usuario: te leo y sé qué proponerte.