El tamaño del vaso de café importa, ¿y el de la máquina automática?

HOSTELVENDING.COM 30/05/2025.- Una máquina de gran formato, con la iluminación cuidada y con una disposición atractiva de los productos, actúa como un reclamo visual. También permite segmentar la oferta en múltiples factores o formas de consumo.
¿Os acordáis de cuando hablábamos de que, en el tema del café, la dimensión sí importa? Nos referíamos, más al continente que al contenido. El vaso (termo, taza...) es el claro reflejo de la evolución de los hábitos del consumo y de la percepción del producto.
Ahora, la cuestión del tamaño vira hacia la máquina en sí. Es una verdad que el sector conoce bien: cuando hablamos de máquinas expendedoras, el tamaño sí importa. Mientras en el OCS la búsqueda es hacia formatos compactos que ofrezcan las mismas soluciones que en sus versiones freestanding o de mayor tamaño; en el caso de la distribución automatizada, normalmente, más espacio significa más producto (y por ende, más rotación).
A mayor tamaño, mayor versatilidad (y segmentación de producto)
Eso no quiere decir que las máquinas de vending compactas no sean una buena opción; en muchos casos, pueden ser la mejor elección -sobre todo, en ubicaciones donde el espacio es limitado o tienen necesidades concretas-.
Pero, si el entorno lo permite... Apostar por un modelo de mayor capacidad suele traducirse en mejores resultados. Según nos señalan proveedores de soluciones automatizadas como U-Retail, una selección más amplia va a permitirnos segmentar la oferta por momentos o franjas de consumo (desayuno, snack a media mañana, cena..); por perfil de usuario (millennial, saludable, premium, más tradicional...); o por productos de impulso.
Todo esto lo atestiguan, además, estudios de comportamiento del consumidor, que indican que, cuantas más opciones tiene disponibles, mayor probabilidad de que compre algo que no tenía previsto. En nuestro sector, esta ventana nos va a posibilitar incrementar el ticket medio, una de las cuestiones que más polémica genera en el unattended.
A nivel más interno, una máquina de mayores dimensiones permite reducir la frecuencia de reposición, porque, de entrada, caben más productos; en otras palabras, una disminución de los costes logísticos, menos incidencias operativas y una mayor disponibilidad de producto durante los momentos de mayor demanda.
Para el usuario, un equipo bien abastecido y variado transmite profesionalidad y fiabilidad; pero una máquina a medio llenar les proyecta justo lo contrario.
“En ubicaciones de alta rotación como centros educativos, estaciones de servicio o centros comerciales, contar con una máquina capaz de soportar el volumen de ventas es una ventaja competitiva directa”, arroja la compañía especializada.
Y desde el punto de vista estético, genera un buen impacto visual
No lo olvidemos: el unattended entra por los ojos; la primera interacción entre usuario y solución es la estética de esta: debe atraerle e inspirarle confianza y atracción.
A este respecto, una máquina de gran formato, con la iluminación cuidada y con una disposición atractiva de los productos –y productos que generen confianza-, actúa como un reclamo visual. Provoca más interacción, más curiosidad y más posibilidades de compra; una máquina grande destaca, invita y vende.
Lógicamente, y por disipar dudas, no todas las ubicaciones precisan el mismo tipo de máquina. Pero si el espacio lo hace posible y el volumen de paso lo justifica, elegir una máquina automática de más capacidad es una decisión inteligente y rentable. Porque sí, en el unattended, como en tantas otras cosas, el tamaño sí importa.