El vending de tabaco está viviendo un efecto péndulo, pero volvera a la normalidad

HOSTELVENDING.com | 13/01/11.- Los estanqueros están percibiendo una mayor afluencia de público a sus establecimientos desde la entrada en vigor de la ley del tabaco. También han notado que los hosteleros no compran la misma cantidad que antes de la ley, lo que alerta de un posible descenso de ventas en expendedoras automáticas.
Desde la Organización Nacional de Asociaciones de Estanqueros no se atreven a dar cifras concretas ni a asegurar el motivo. Todo parece indicar que, coincidiendo con la ley, se ha producido un cambio de hábitos de los consumidores. Las causas son muy variadas.
La primera de ellas es el bajo margen de beneficio para los hosteleros, que las mantenían como servicio para que los clientes no tuvieran que salir del local, y que ha provocado que no repongan sus máquinas expendedoras. Esto tendrá que resolverse, dando mayor margen económico a los explotadores de las máquinas, si no se quiere dar terreno al mercado negro.
El segundo motivo es el menor impulso de compra en espacios sin humo y el hecho de que si el consumidor tiene que salir fuera del local ya no le importa tanto andar un poco más hasta un estanco, con precios inferiores, o a un quiosco.
El precio, aunque lo situemos en tercer lugar, es para muchos el principal motivo. La moda de fumar tabaco de liar, un fenómeno de 2010, se ha consolidado entre muchos consumidores por su relativo menor coste. Sus tres tipos de cliente (el snob, el ahorrador y el fumador de hierba) le siguen siendo fieles pese a la brutal subida del pasado año. En España este tipo de tabaco, por ahora, solo se vende en estancos. Incluirlo en las expendedoras puede ser una forma de recuperar esa parte del mercado. Los fabricantes de expendedoras disponen de adaptadores ya que en otros paises, donde el fumar en pipa es común, los sobres de tabaco en máquinas de vending son habituales. La menor capacidad y la falta de publicidad juegan en su contra, pero parece una alternativa a valorar.
Algunos apuntan a un cuarto motivo, la incertidumbre creada por una ley tan restrictiva y sin periodo de adaptación y el desconocimiento de los consumidores.
Todo hace pensar que hasta que que las tiendas de las gasolineras no instalen sus máquinas expendedoras los estancos se estarán beneficiando, contra todo pronóstico, de la nueva norma. Un estudio de la CEOE, previo a la entrada en vigor de la ley, indicaba una bajada del 10% en las ventas de tabaco por el descenso en el consumo. En los últimos dos años, los estanqueros ya notaron una perdida del 18%. Sin embargo, por ahora, los estanqueros parecen los únicos beneficiados por la nueva ley.
Ante tanta incertidumbre, nos ha costado encontrar alguien que se atreva a hacer previsiones. Fernado Sancho, responsable de máquinas de tabaco de Azkoyen, al referirse a la venta de cigarrillos en bares, cree que "estamos viendo el peor momento de un efecto péndulo, probablemente no volvamos al estado de antes de la ley, pero pronto volveremos a una situación razonable".