En Inglaterra, las expendedoras de tabaco han quedado definitivamente suprimidas

HOSTELVENDING.com | 04/10/11.- Mientras en España, el abanico de puntos de venta de tabaco se ha diversificado, y se ha abierto un punto importante de negocio en las tiendas de conveniencia, en Inglaterra, desde el pasado sábado, no se podrá adquirir ninguna cajetilla en máquinas expendedoras de tabaco, ya que han sido suprimidas.
Aunque esta medida ya estaba aprobada de hace tiempo, sólo ahora ha entrado en vigor y, en breve, se notarán los efectos, sobre todo, en fabricantes y operadores de vending. Muchas han sido las acciones judiciales, algunas todavía en marcha, de ciertas empresas fabricantes y operadoras para intentar derogar esta normativa o, al menos, retrasarla, pero el gobierno británico ha sido inflexible.
Las expendedoras quedan suprimidas, quedando sólo salvados los dispositivos dispensing, aquellos que no disponen de medios de pago y están atendidos por empleados en determinados establecimientos. Con esta excepción, se confirma que la disposición mecánica de este producto sigue siendo una garantía de seguridad.
El principal objetivo de los legisladores es disuadir a los jóvenes británicos a que no lleguen al hábito del tabaco, muy socorrido en las islas. Según British Health Foundation, cada año, unos 200.000 jóvenes se inician en el vicio del cigarrillo.
De estos, el 11% de chavales entre el 11 y 15 años adquieren sus cajetillas en máquinas expendedoras, muy socorridas para ayudar al anonimato y la discreción. Ya desde 2007 estaba prohibido fumar en los lugares cerrados, notándose los efectos negativos tanto en los establecimientos hosteleros, como en las empresas tabaqueras.
La aplicación de esta nueva medida supone un nuevo giro a esta política restrictiva, cuyos efectos negativos no tardarán en plasmarse. Las sanciones se fijan en unas 2.500 libras para aquellas ubicaciones que sigan ofreciendo el tabaco o haciendo publicidad del mismo.
Otro argumento del gobierno para prohibir estas máquinas es que el control sobre los menores se convertía en algo arbitrario, estimándose una venta ilegal a menores de unos 35 millones de cigarrillos al año. A partir de ahora, la intención del ejecutivo inglés es que se reduzca la publicidad en otros soportes y se aumenten las advertencias sobre los riesgos.