La nueva regulación europea sobre información alimentaría podría costarle al Vending 60 millones

Una propuesta de ley que está siendo debatida en el Parlamento Europeo para regular la información sobre productos de consumo que se facilita al consumidor podría incrementar los costes de las empresas de vending en alrededor de 60 millones de euros, para adaptar los 3 millones de máquinas de bebidas calientes, que se calcula existen en la UE.
La Asociación Europea del Vending (EVA) ha mostrado su disconformidad con dos enmiendas incluidas en un informe presentado por el Comité de Medio ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, el pasado mes de noviembre, en relación a dicha regulación.
En un escrito enviado a los miembros de dicho Comité, la EVA se muestra satisfecha con la mayoría de las propuestas incluidas en este informe, en especial, con la diferenciación entre productos empaquetados y no empaquetados (como el café de máquina) y, sobre todo, la inclusión del vending entre los servicios colectivos de catering.
No obstante, existen dos puntos en los que las posturas son divergentes; en concreto, las enmiendas número 33 y 115, relativos a la forma de presentar la información al consumidor en los productos que puedan causar efectos alérgicos al consumidor.
Puntos conflictivos
Las enmiendas 33 y 115 rezan que los productos no empaquetados previa venta directa al público (frescos o recién hechos, y por tanto, sin etiquetar) pueden contener sustancias que provoquen una reacción alérgica o cierto grado de intolerancia a los consumidores sensibles a éstas; por ello, se debe informar al cliente por medio del diálogo directo en el momento de la venta, o mediante una señal claramente visible en el área de venta.
El profesional del vending habrá deducido fácilmente la dificultad de acometer esta propuesta, puesto que el canal vending no cuentan con otro espacio de venta que las compactas dimensiones de las máquinas expendedoras y, por supuesto, ningún personal físico que pueda "dialogar" con el cliente. No en vano, muchas de estas máquinas se encuentran precisamente en lugares de trabajo o centros públicos y el operador no cuenta siempre facilidades a la hora de colocar información más allá de la propia máquina.
Esta situación afecta en gran medida al café de máquina. En casos como las pequeñas máquinas individuales para OCS , o en los bloques de máquinas conjuntas, colocar esta información resultaría harto complicado. Las limitaciones de espacio físico con el que cuentan las máquinas se ven incrementadas, sobre todo, porque la transposición de la normativa podría ser realizada de modo diferente por cada uno de los 27 estados de la Unión, lo que supondría 27 tamaños diferentes de etiquetados, incrementando los costes de los fabricantes. Hay que tener en cuenta, además, que las máquinas pueden incluir hasta 40 selecciones diferentes de bebidas, por lo que la información debería ir expuesta en cada uno de los botones de selección.
Según cálculos de la EVA, incluso si la transposición de la legislación en los diferentes estados miembros se produjese de manera uniforme, los costes de adaptación de las 3 millones de expendedoras de bebidas calientes existentes en la UE alcanzarían los 60 millones de euros.
Como alternativa, la asociación ha propuesto en su escrito colocar una referencia (por ejemplo, en forma de pegatina) hacia una página web del proveedor, en la que se informaría al detalle a los consumidores sensibles a alergias.














