Los consumidores reconocen no prestar atención al etiquetado de alimentos

HOSTELVENDING.COM 01/03/2023.- Uno de los motivos principales que lleva a los usuarios a no leer el etiquetado es debido al tamaño de la letra del mismo, siendo para el 52% una tipografía demasiado pequeña. Así lo revela el estudio sobre Etiquetado alimentario de la OCU.
El tema del etiquetado alimentario es uno de los que copan la agenda de la industria alimentaria. Y es que, en relación con una demanda de productos más sanos impera en toda la industria foodservice, destaca la necesidad de aportar una comunicación veraz y honesta de los valores nutricionales de los mismos. Con ello presente, las máquinas expendedoras deben adaptarse a estas necesidades y dar respuesta al consumidor final.
Cuestiones como la de qué tienen que tener en cuenta los profesionales a la hora de llenar las máquinas para cumplir con los hábitos saludables, la información sobre celiaquías y alérgenos y cómo deben reflejarse en las expendedoras, se han abordado en diversas ocasiones para estar a la altura de un consumidor más exigente.
Sin embargo, en la práctica, tal y como revela la encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), mencionada por Aneda, solo el 44% de los usuarios españoles presta real atención a la etiqueta cuando compran un alimento. El resto, tan solo mira el etiquetado por encima (47%), e incluso un 9% no la lee.
La encuesta, que regoce datos aportados por consumidores de entre 18 y 79 años, confirma el principal motivo por el que no se lee la información del alimento: la letra de la etiqueta es demasiado pequeña, una realidad que comparte el 52% de los entrevistados. En concreto, este hándicap tiene repercursión en el 70% de las personas de más de 60 años.
Según indican desde la OCU, el etiquetado de los productos alimenticios ha de ser legible para los consumidores y hacerse eco de las necesidades de los consumidores. “Debe ser obligatorio, claro, completo y armonizado, por lo menos a escala de la UE para todos los productos alimenticios (envasadas o no), incluido los alimentos nuevos”, explican.
En ese sentido, el etiquetado debe poder identificar claramente, no solo los ingredientes y aditivos; también aquellas sustancias que puedan generar reacciones adversas en materia de salud (alergenos, gluten, etc.).
Otras razones que limitan esta lectura del etiquetado son: porque revisar la etiqueta supone demasiado tiempo (29%); porque no se tiene el hábito de analizarlas o leerlas (29%); porque son difíciles de entender (27%); porque cuesta halar la información que se busca (12%); por falta de fiabilidad de la información (9%); o porque, directamente, no le importa (3%).
Fecha de caducidad: la información más consultada por el consumidor español
En contrapartida, la mayoría de los usuarios sí que presta atención a la fecha de caducidad del producto en cuestión, sobre todo, cuando este se adquiere por primera vez (82% de los encuestados). En relación a ello, otra de las informaciones más consultadas son la lista de ingredientes (69%); la tabla de información nutricional (51%); la procedencia del producto (49%); o las instrucciones de preparación (40%).
El estudio también recoge que dos de cada tres usuarios estiman que se hace un uso desmesurado de la publicidad nutricional y de la salud de los productos. Y de hecho, tan solo el 35% considera que estos artículos que emplean estos “reclamos” son realmente más saludables que el resto.














