¿Puede un hotel emocionar? El viajero busca sentirse parte de algo

HOSTELVENDING.COM 03/07/2025.- El arquitecto artífice de los destinos más deseados del Caribe da la respuesta. Su análisis gira alrededor del poder narrativo de la arquitectura hotelera y su nuevo papel en la actual era del lujo.

Hoy, los destinos de lujo se eligen en base a aquello que provocan al usuario, por el valor de quedarse en la memoria de este. En este nuevo escenario, la arquitectura, al igual que los servicios ofrecidos, tiene mucho que decir. Así lo atestigua Andrés Cajiga, diseñador de obras como el resort Impression Isla Mujeres by Secrets.

El arquitecto mexicano y cofundador del estudio ALIA lo expresa claro: "No basta con construir un hotel impresionante. El viajero busca sentirse parte de algo. Ya no se trata de vistas espectaculares; sino de cómo un espacio logra quedarse en la memoria del huésped".

Hablamos de una filosofía de hospitality en la que la arquitectura, además de responder al lugar, narra su historia desde su esencia: esa en la que el usuario puede habitar, sentir y recordar.

Desde el punto de vista de Cajiga, uno de los desafíos más persistentes en la arquitectura hotelera es la tendencia a homogeneizar. "Muchos hoteles terminan pareciéndose entre sí porque, en la búsqueda de un lujo universal y elegante, se opta por paletas neutras, formas genéricas y materiales sin arraigo. De esta forma, se sacrifica lo que hace único a un lugar.

El carácter es parte de la esencia

Partir de la premisa "¿Qué quiere decir este lugar y cómo lo cuenta sin perder su identidad?" es, en realidad, completamente extrapolable a la distribución automática.

Nosotros entendemos que, el operador, por ejemplo, ha de convertirse en un asesor; un partner que ayuda a concebir ese espacio premium, que ofrece un diseño adaptado a la necesidad; pero también a la identidad de cada lugar. Que ese espacio de restauración automática sea, en efecto, un espacio; uno de tradición cultural, sensorial y narrativa.

 Y es que, como bien dice Canija, “diseñar un hotel es como crear una gran obra de arte. Cada elemento debe estar en armonía, no solo para ser contemplado, sino para ser vivido. Un buen hotel, como una obra maestra, conmueve, permanece y revela algo nuevo cada vez que se habita”.