Debate saludable, ¿es apropiado hablar de alimentos no-saludables en el vending?

 Un estudio revela de qué forma las máquinas de vending son no-saludables

HOSTELVENDING.com 04/03/2019.- La semana pasada publicamos un artículo en Hostelvending que, sin llegar a pretenderlo verdaderamente, consiguió crispar a una parte de la industria de la distribución automática. La noticia tituló así: Papel mojado: así ha quedado la Ley de Salud Pública tras derribar la “cuota saludable” para vending .

En este artículo, especialmente crítico con la Comunidad de Madrid, realizábamos un análisis del anteproyecto de Salud Pública antes y después de que eliminasen un punto clave que afectaba de lleno a los operadores de vending: la obligatoriedad de una cuota saludable (del 30% de productos) en ciertos edificios de la administración pública.

Sin entrar en mayor detalle sobre el resultado de la normativa, pasamos a formular una pregunta muy sencilla ¿es o no es apropiado hablar de “vending no-saludable”?, y más aún, ¿son los operadores responsables de lo que ofrecen en las máquinas de vending?

Terminologia

Para comenzar a entender a qué nos referimos con saludable o no-saludable, en primer lugar deberemos atender a la terminología empleada por Hostelvending.

Desde hace unos años, dentro del sector de la distribución automática se ha optado por una fórmula como puede ser la de “alimentos aptos y alimentos no-aptos para el consumo humano”. Se trata de una descripción muy apropiada para definir los productos aunque difícilmente nos dicen nada sobre si nutricionalmente son alimentos más o menos equilibrados (ya que, por defecto, todos los alimentos que existen en el retail son aptos para consumo humano).

Carlos Ríos, nutricionista y precursor del realfooding en España, utiliza una fórmula mucho más crítica con los alimentos, hablando de “productos aptos” para los que nutricionalmente son más o menos equilibrados, “productos no-aptos” para los nutricionalmente poco equilibrados o ultraprocesados.

Esta definición, que responde a parámetros del sistema NOVA, fue diseñada por expertos de la Universidad Sao Paulo (Brasil), y se refiere al grado de procesamiento de los alimentos para determinar si algo es más o menos apropiado para el consumo dentro de una dieta equilibrada.

Por supuesto, el sistema NOVA (al que nos referimos usualmente como la “alternativa” al NAOS) es mucho más restrictivo y quizás no contempla tampoco toda la complejidad de la realidad alimentaria, ya que entre los alimentos poco o nada procesados y los alimentos ultraprocesados hay todo un abanico de productos con diferentes aportes nutricionales que no deberían quedar descartados.

En un paso intermedio entre los críticos del Realfooding y los defensores de que todos los alimentos son “aptos para consumo humano”, podemos encontrar a los precursores de la iniciativa “Cambiando el vending”, que se basa en un sistema muy fácil e intuitivo y lo reduce a dos términos: #buenvending y #malvending.

Así, el criterio de Cambiando el Vending se basa en el análisis de uno por uno de todos los productos que hay en las máquinas de vending, por lo que evitan el típico error de meter toda una gama de alimentos dentro del mismo sacao (sea el grupo de los más equilibrados o el de los menos equilibrados nutricionalmente).

Como ejemplo de lo que hace Cambiando el Vending, entre uno de sus muchos análisis podemos encontrar las “Tortitas de Cereales”, un alimento que nutricionalmente aporta muy poco o nada al organismo, pero que por sus características está clasificado dentro del “buen vending”.

¿Con derecho a enjuiciar?

¿Pero qué potestad tiene la sociedad para determinar lo que es saludable o lo que no es saludable? Técnicamente, nadie que tenga escasos conocimientos sobre nutrición y hábitos de vida saludable debería juzgar los alimentos que se ofertan dentro de las expendedoras. Sin embargo, quién si tiene  autoridad para hacerlo es la comunidad académica y científica, así como las áreas de salud y sanidad de las distintas administraciones públicas.

Para tal fin, podemos encontrar guías como la publicada por el Departamento de Salud de Reino Unido en el que se incluía una serie de recomendaciones sobre cómo catalogar los distintos alimentos en función de su valor nutricional.

Este tipo de guías, que son de las que parten, por ejemplo, el sistema Nutriscore que próximamente se implantará en España, lo que hacen es hacer saltar la alarma cuando el porcentaje de grasas saturadas, azúcares o sales es abusivo (es decir, perjudicial para la salud del ser humano).

Al mismo tiempo, estos modelos también son los que utiliza la comunidad académica de España a la hora de realizar estudios sobre los alimentos de las máquinas de vending, aunque en este caso los investigadores suelen ser más prudentes y evitan hablar en los términos descritos anteriormente (como el NOVA, realfooding o el de Cambiando el Vending), y se  ciñen única y exclusivamente a decir si hay poca, mucha o una cantidad media de azúcares, grasas y sal.

Por su parte, hay operadores que sencillamente se acogen a criterios de organismos externos que puedan avalar su oferta. Este es el caso de Selecta, que dentro de sus córners saludables (Fresh & Fit) ha optado por seguir las pautas de la Fundación Alimentación Saludable a la hora de crear una oferta alimentaria: “Cada vez más empresas optan por ofrecer a sus empleados una alimentación variada y equilibrada”, comentan a través de las redes sociales desde la compañía.

Delikia, Eboca, Easy Vending, Alliance Vending… Son solo algunos de los muchos ejemplos de operadores que, en algún momento, han optado por utilizar el término “saludable” refiriéndose ni más ni menos a la inclusión de productos frescos, naturales o con un valor nutricional apropiado, en oposición a los alimentos que no cumplen ninguno de esos tres requisitos.

¿Qué proponemos en Hostelvending?

Desde Hostelvending la línea editorial siempre ha sido postularse a favor de la alimentación saludable, y para ello es frecuente utilizar términos binomiales como “saludable” o “no-saludable”.

Lógicamente, entendemos la complejidad que hay detrás de lo saludable y lo que no lo es, razón por la cual entendemos ambos términos como algo genérico y que nos sirven meramente para ilustrar cierta realidad de las expendedoras.

En el caso de normativas concretas (como la de la Comunidad de Madrid), entenderíamos por “saludable” exactamente lo mismo que definiese dicha normativa como saludable.  Si hablásemos del sistema NAOS o NOVA, utilizaríamos los mismos términos para describir lo que es saludable. Al hablar de un operador de vending, entenderíamos que es “saludable” lo que ese mismo operador dijese que es saludable.

Al mismo tiempo, para ser críticos con la concepción de “saludable” de un organismo, siempre utilizaríamos alguna de las definiciones alternativas para contrastar la información, sin que por eso una u otra nomenclatura fuese incorrecta, aunque la realidad es que a día de hoy hay evidencias científicas suficientes como para empezar a pensar que prácticamente todo lo que comemos, tarde o temprano, tendrá consecuencias sobre nuestra salud, de ahí que consideremos como falsa la afirmación "no existen los alimentos no saludables".

Lo que sí que tenemos claro es que aceptar la responsabilidad del sector sobre la salud pública es ser saludable.

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