A vueltas con el Bisfenol A, ahora no es peligroso para la salud según la EFSA

HOSTELVENDING.com 22/01/2015.- El bisfenol A es un componente que se usa en la fabricación de plásticos. En el sector del "vending", éste se encuentra en el empaquetado de comidas, en envases de bebidas o en los vasos de máquinas de café y similares.
Cuando salieron las primeras voces que alertaban sobre los riesgos para la salud de este productos, algunos fabricantes empezaron a probar otras alternativas y a sacar esta sustancia de sus envases, otros decidieron esperar a que hubiera más estudios.
Y ya lo afirmaba la Asociación Europea de Fabricantes de Plásticos, PlasticsEurope, hace unos años: "no existe ninguna justificación científica para la prohibición del bisfenol A (BPA), dado que numerosos estudios y evaluaciones regulatorios han demostrado que el BPA y los productos basados en BPA no plantean ningún riesgo para la salud humana o el medio ambiente”.
Ahora lo ratifica la Agencia de Seguridad Alimentaria que tras realizar una extensa evaluación sobre el BPA que culminó el pasado año publica ahora un informe en el que asegura que “a los niveles actuales de exposición, el bisfenol A no presenta riesgos para la salud de los consumidores de todos los grupos de edad, incluyendo niños no nacidos, bebes y adolescentes".
La exposición habitual por vía alimentaria o mediante una combinación de fuentes (alimentación, polvo, cosméticos y papel térmico) es "considerablemente inferior al nivel considerado seguro", según el dictamen. De hecho, aunque los expertos de la EFSA han reducido considerablemente el nivel seguro de bisfenol A de 50 microgramos por kilo de peso corporal por día a sólo 4 microgramos, las estimaciones más altas de exposición combinada son entre tres y cinco veces inferiores a este nuevo umbral.
De nuevo nos encontramos ante grandes contradicciones que enfrentan a la industria y la salud. Mientras la EFSA realiza esta afirmación hay países que directamente han prohibido la fabricación de determinados productos, como los envases alimentario, con esta sustancia; otros que avisan de sus riesgos para las embarazadas y los más pequeños de la casa. El tema se vuelve aún más controvertido.
Es más, el organismo de Seguridad Alimentaria decidió revaluar sus conclusiones a raíz de los estudios que advertían de sus consecuencias sobre el sistema endocrino e inmunológico. Sin embargo, sus indagaciones no han encontrado tales relaciones o mejor dicho pueden producirse a muy altas dosis, afectando a los riñones y el hígado, e incluso a las glándulas mamarias en los animales.
Según el doctor Trine Husoy, que ha coordinado el trabajo de la EFSA, “los efectos sobre los sistemas reproductivo, nervioso, inmunitario, metabólico y cardiovascular, así como los efectos sobre el desarrollo de cáncer se consideran improbables pero, sobre la base de las pruebas disponibles, no ha sido posible excluirlos totalmente”, con lo que sigue quedando cierto resquicio de dudas.
El primer estudio realizado por la EFSA sobre el BPA se realizó en 2006 y entonces saltó la alerta porque las estimaciones del consumo y los niveles de bisfenol en los alimentos fueron “excesivamente altos”, según el organismo en sus nuevas declaraciones.
En conclusión, el BPA no es beneficioso para el organismo, pero como su exposición es mínima también lo es su incidencia sobre la salud.