El cigarrillo que se apaga solo prepara su inminente expansión en la Unión Europea

HOSTELVENDING.com | 16/09/11.- A día de hoy, si hablamos de "cigarrillos menos propensos a la ignición", la expresión debe sonar a jeroglífico para muchos. Pero este vocablo va a estar en boca de todos (al menos en la boca de los fumadores) de aquí a muy poco.
De acuerdo con las siglas en inglés RIP (Reduced Ignition Propensity, según la acepción reconocida por la Comisión Europea) u otras también divulgadas por las empresas tabacaleras como LIP (Lower Ignition Propensity) o FSC (Fire Safe Cigarettes), se entiende que este sistema aplicado a la composición de los nuevos cigarrillos está pensado "para que su combustión se detenga antes cuando no están siendo consumidos, de modo que no supongan una fuente de calor y, por ende, un riesgo de incendio", declaraba en noviembre de 2010 el Comité Europeo de Normalización (CEN). Dicho Comité confirmaba el pasado año la aprobación del estándar comunitario EN 16156.
Un año después de la aprobación de la directiva, el grupo tabacalero British American Tobacco ya anuncia en su publicidad para tiendas de conveniencia del Reino Unido que todos sus productos serán "menos propensos a la ignición", a partir del próximo mes de noviembre.
En España, el pasado jueves, 8 de noviembre, la Asociación profesional de expendedores de Tabacos y Timbre de Zaragoza, comunicaba que las empresas tabaqueras ya habían iniciado la comercialización en nuestro país de este nuevo tipo de cigarrillos:
"La Comisión Europea pretende que el tabaco que se comercialice en la Unión Europea a partir del 17 de noviembre sea de reducida propensión a la ignición. Esta normativa se ha inspirado en normas ya vigentes en Estados Unidos y Canadá. Su comercialización será progresiva hasta que todos sus portafolios se hayan sustituido por completo antes del próximo mes de noviembre. Para adaptarse a la normativa tan solo sustituirán el papel por uno de la misma calidad, con franjas que actúan como "bandas rugosas de desaceleración”, reduciendo la velocidad de combustión del cigarrillo. Este papel seguro contiene unas bandas que actúan como barrera para que se apague el cigarrillo abandonado. Este cambio no le afecta en nada a los fumadores, será como el tabaco de liar que no se consume cuando se deja en un cenicero. No se producen cambios en la mezcla de tabaco, ni en la presentación del producto por tanto, el sabor de los cigarrillos sigue
siendo el mismo de siempre".
El cambio tampoco influye en el formato de las cajetillas ni en los códigos de barras de las mismas. En definitiva, todo apunta a que será una iniciativa de naturaleza práctica y, por suerte, sin mayor incidencia en la comercialización del tabaco, máquinas expendedoras incluidas.














