El vending de leche fresca se topa con las trabas burocráticas

HOSTELVENDING.com | 10/8/10.- El vending de leche fresca apenas cuenta con tres años de vida en nuestro país, desde la instalación de las primeras máquinas automáticas en Navarra. Poco a poco, este mercado se está haciendo un hueco en municipios de todo el país. En muchas ocasiones, el ganadero y operador de la máquina cuenta con que la vía burocrática está despejada… en otros casos no es así. Recientemente, el Ayuntamiento de Lérida ha denegado su instalación en la vía pública, alegando que la normativa local sólo permite su instalación en locales privados.
HOSTELVENDING.com se puso en contacto con la empresa distribuidora, Casimiro Máquinas, para conocer de primera mano las causas de este veto al vending de leche. José Antonio Martinez, gerente de la empresa, explica que, en primer lugar, se trata de realizar una labor de convencimiento al ganadero local, que no en vano es el productor y operador final de la máquina.
Según Martínez, una vez que el ganadero pide permiso a la Administración para la instalación de las máquinas, la respuesta y actitud del concejal competente puede variar considerablemente. "Existen zonas, como Santander, Ávila o la provincia de Madrid, donde no hemos encontrado ningún tipo de traba administrativa", comenta el empresario, "pero luego hay zonas como Valladolid, Madrid capital o Cataluña donde resulta realmente arduo convencer a los políticos". Convencer a la Administración
La experiencia de José Antonio revela, en cierto modo, el "modus operandi" de los Ayuntamientos. Dicho de otra manera, existe en efecto una normativa municipal para la instalación de máquinas expendedoras; pero en la práctica, la concesión de los permisos funciona a discreción del concejal. Y ahí es donde entran condicionantes extranormativos, como puede ser el mero prejuicio sobre este tipo de máquinas, llegando a esgrimir que "si se da permiso a todo el mundo, se invadiría la ciudad".
Casimiro Máquinas ha instalado ya 76 máquinas de leche fresca por todo el país. "Y siempre ha sido mucho más fácil cuando hay que negociar con establecimientos privados, como gasolineras o negocios; con la Administración ya es otra cosa", atestigua Martínez. "Cuando se necesita un permiso para instalar en la vía pública, suelen achacar las grandes dimensiones de estas instalaciones", – las máquinas de leche estándar miden 3 x 1,5 metros más el techo opcional – "y si finalmente se consigue el permiso, la tramitación puede llevar entre 3 y 6 meses. Al final, el ganadero termina desmotivándose y se plantea invertir los 300.000 euros de media que cuesta la máquina más la furgoneta con equipo de frío".
En cualquier caso, las noticias de aquellos que sí se han decidido por invertir son positivas, en lo que al ritmo de ventas y rentabilidad se refiere. Por su parte, José Antonio tiene claro que, en el futuro, "aunque poco a poco, seguiremos vendiendo".