Clean Label, una carrera a la que el vending no termina de apuntarse

HOSTELVENDING.COM 12/04/2019.- Muy pocos son ya los consumidores que no se paran en el supermercado a estudiar de arriba abajo la etiqueta, buscando los ingredientes, sus orígenes, los posibles alérgenos o las dichosas calorías. 

La salud y la alimentación se han convertido en una prioridad y la principal fuente que tienen los compradores para relacionarse con gran parte de los productos es su etiqueta. El efecto 'Clean Label' o etiquetas limpias ya es un estándar para la industria alimentaria pero no todos los canales tienen las mismas posibilidades para sacarle partido, y en esto el vending está en desventaja.

Las decisiones de compra de los consumidores actuales son cada vez más conscientes y responsables. Los compradores quieren saber qué ingredientes tienen los productos que comen, cómo están hechos y, sobre todo, qué efectos tienen sobre su salud. Pero en las máquinas expendedoras pocas veces tienen la ocasión de acceder a datos tan detallados.

Se ha avanzado bastante en esta materia, sobre todo, porque existen unas exigencias por ley y también porque los cambios normativos están siendo más incisivos en este sentido (por ejemplo la obligación en la C. Valenciana de incluir productos sin gluten en todas las máquinas). 

Es cierto que el vending tiene ciertas salvedades con respecto a la normativa, ya que en las máquinas de snacks, es el propio producto el que debe aportar la información, algo que se produce después de la venta ya que la regulación no obliga a aportarla antes. Sin embargo, en los alimentos que se presentan sin envasar (caso del café, leche o té) sí que hay que cumplir y aportar información alimentaria obligatoria referida a las sustancias que puedan causar alergias o intolerancias.

Normalmente se hace por medio de etiquetas o, en el caso de las máquinas más modernas, por medio de las propias pantallas de selección. Pero, ¿se pierden compradores por no dar acceso al etiquetado de producto antes? La respuesta es clara: sí se pierden. Además, si la administración se pusiera en "modo inspectora" puede ser que más de un operador se lleve un susto, ya que como nos han aclarado desde Aecosan en varias ocasiones los adecuado es facilitar la información "de forma escrita en etiquetas adheridas al alimento o rotulada en carteles colocados en el lugar donde los alimentos se presenten para su venta, sobre el alimento o próximo a él".

Leer el listado de ingredientes es un hábito cada vez más usual. Antes la gente quizás no se preocupaba tanto por este aspecto y elegía un producto simplemente porque lo conocía o por su sabor, pero esto ya no es así. Ahora prácticamente se exige conocer todos los detalles del producto y su origen a través de la etiqueta, que se espera sea honesta y comprensible, eso que se ha acordado en llamar 'Clean Label'.

De acuerdo con el Reglamento 1169/2011, la información alimentaria obligatoria se indicará en un lugar destacado, de manera que sea fácilmente visible, claramente legible y, en su caso, indeleble. En modo alguno estará disimulada, tapada o separada por ninguna otra indicación o imagen, ni por ningún otro material interpuesto.

Más allá del cumplimiento normativo

Pero no se trata solo de evitar una multa. Como hemos dicho el consumidor actual quiere la información antes de comprar, también en un momento como el que se asocia al consumo de productos vending (impulso o satisfacción). 

Además busca aspectos muy concretos para determinar sus decisiones. Así, términos como orgánico, natural, libre de OMGs o sin conservantes, sin aromas artificiales, bajo en grasas..., son los que más atraen porque están asociados con propuestas más sanas (aunque no siempre sea así). 

Tampoco es cuestión de escribir un manifiesto para cada producto, y es que una característica que se aprecia dentro del movimiento 'Clean Label' es la sencillez, la claridad. Más aún cuando se utilizan términos que pueden tener connotaciones artificiales o peligrosas cuando en realidad son naturales (caso de clorhidrato de tiamina, por ejemplo). 

Hablamos de cuestiones intangibles y de percepción pero que en la actualidad son básicos en las decisiones de compra. El concepto 'Clean Label' también incluye connotaciones derivadas del respeto por ciertas reglas éticas y que provengan de empresas socialmente responsables.

Sin embargo no todo vale, como avisan desde Facua. "La etiqueta es uno de los medios de control de la seguridad de los alimentos. La normativa en relación al etiquetado de alimentos establece que debe decir la verdad y no inducir a error al consumidor, no resultar confusa especialmente sobre las características del producto alimenticio y, en particular, sobre su naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, origen o procedencia y modo de fabricación o de obtención".

No se puede aprovechar la coyuntura para atribuir propiedades que no se poseen, sobre todo, en lo referido a las preventivas o terapéuticas. 

Los expertos hablan de que "adoptar el enfoque 'Clean Label' hace que las empresas alimentarias sean capaces de mostrarse transparentes y ofrecer al público productos adaptados a sus demandas, contribuyendo así a generar confianza y lealtad hacia su marca".

¿Por qué el vending no lo aprovecha? Todo lo que sea aportar información en este sentido se transforma en una herramienta de marketing y una estrategia comercial que aporta diferenciación al sector y un servicio al consumidor con el que no se asocia normalmente.

Ahora con la incorporación del etiquetado NutriScore y la posibilidad de que gran parte de la oferta de las máquinas se tiña de rojo, hay que buscar alternativas para que el usuario de vending acceda a esa información que se reclama.

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