Packaging, formatos ‘para llevar’ y productos premium, la relación del éxito

HOSTLEVENDING.com 05/09/2016.- Los nuevos estilos de vida y la comodidad que se busca en ciertos momentos han transformado por completo nuestras necesidades. Aunque no todo el mundo tiene una vida ajetreada de corredor de Bolsa en Wall Street, los productos que a la vista parecen sencillos para su consumo, agradables y saludables se han convertido en el objetivo no solo de los afamados “millenials” sino básicamente del consumidor medio que precisa de ellos por determinadas circunstancias.

Son los productos que triunfan, aunque sea de manera puntual, al estilo de los cafés preparados, los fideos orientales listos para comer o las sopas básicas a las que se le puede añadir cualquier alimento.

El secreto del éxito no siempre es evidente, pero sin duda esos artículos de alimentación (también muchos de ellos de otros segmentos) que se aúpan a los top ventas y los mejor valorados por los consumidores suelen reunir unas características que aúnan un envase atractivo, funcional y útil, un formato para el consumo inmediato o de conveniencia que además se puede transportar sin dificultad y, si a todo eso, le unimos una materia prima de calidad, las posibilidades de triunfar aumentan.

Para el vending puede ser algo muy evidente en productos tan básicos como el té o el café, imprescindibles en la vida de los consumidores ocupados. Se buscan soluciones rápidas y cercanas, muchas veces comprometidas por la percepción de un sabor “peor” o un producto de menor calidad.

Las marcas han recurrido a la calidad para no perder clientes, soluciones que también han necesitado de un envasado espacial para romper con los estereotipos.

Según una consultora como Canadean, el 14,5% de las bebidas calientes que se consumen en el mundo son elegidas por su “conveniencia”, es decir, por estar a mano y suponer la mejor opción entre las posibles. Dentro de su informe, también destaca el papel de las versiones que suponen un ahorro de tiempo para el consumidor.

Las soluciones ‘on the go’ se han creado para atender a estos consumidores, de ahí que proliferen los vasos que se pueden calentar en el microondas, los sellados que requieren agua caliente para terminar su elaboración, los chocolates sólidos con paletina que permiten crear la bebida sin necesidad de cuchara, etc.

La percepción de la calidad de estos productos era uno de los principales obstáculos que se encontraban las marcas. Para salvarlos han invertido en envases de mayor calidad para conservar mejor el producto, diseños atractivos a la vista y también ingredientes mejores.

El té es otro producto en el que se puede observar esta evolución de manera clara. Las nuevas bolsas combinan diseño con hojas de mayor calidad y mezclas más atractivas al paladar. Las monodosis en el té han ganado un espacio en el OCS impresionante en los últimos años a base de imagen exclusiva y también de materia prima premium.

El packaging es la carta de presentación, el formato lo que aporta valor añadido y convierte el producto en un artículo “para llevar y consumir” en cualquier lugar, mientras que la base del producto es lo que al final invita al consumidor a repetir.

No solo la apariencia tiene que ser moderna y agradable a la vista sino que además tiene que tener un recorrido. Que sea biodegradable, que se pueda reutilizar, incluso que también pueda ser comestible, son opciones que también ganan entre el consumidor contemporáneo.

Ni que decir tiene que se habla ya de “envases inteligentes” que nos ayudan a saber si un producto está caliente, si están en buen estado o si permite alargar la vida útil de los alimentos para su conservación ya sea en una máquina expendedora o cuando lo llevamos en la mochila.

Según un estudio de Pelican Communications, 4 de cada 10 consumidores deciden su compra en función de innovaciones presentes en el envase, como resellados, facilidad de apertura y sistemas de información como los códigos QR. El informe revela que el 43% de los compradores eligen el producto por el formato en el que se comercializa, demostrado que el envase influye directamente en las decisiones de compra de los consumidores.

En el vending el envase tiene mucho valor y aunque en algunos casos requiere que se realice de manera específica, adapta todo lo que encuentra en el mercado para su dispensación.

Una moda reciente que triunfa entre los más jóvenes es además la posibilidad de personalizar el envase o aprovechar el soporte para construir imagen de marca o identificación entre grupo de iguales.

A eso hay que sumarle las exigencias reglamentarias de información en el etiquetado, unas etiquetas que cuanto más aporten y cuanta más información se enfoque a mostrar con total transparencia su valor nutricional o procedencia, más contribuyen al éxito del producto.

Son parte de estas características las que se echan de menos en esos alimentos saludables que se quieren introducir en el vending pero que no logran conectar con el consumidor, cualidades que las grandes marcas manejan muy bien.

On the go y vending, la pareja perfecta para triunfar en el consumo fuera del hogar