El billete de un dólar puede tener los días contados

HOSTELVENDING.com | 22/06/11.- Durante algún tiempo, eran muchos los detractores de cara a una circulación masiva de monedas de un dólar. Los motivos iban desde que muchas se quitaban de la circulación por su poca practicidad, a que otra ingente cantidad acababa en las huchas y arcancías al final de la jornada laboral, sin tener un uso más que el del ahorro simbólico. Pues bien, la tendencia ha cambiado y con un respaldo, casi incontestable, de la Oficina General de Contabilidad de los Estados Unidos.

Este organismo, debido también a los muchos detractores que ha tenido en los últimos años el billete de un dólar (por su poca durabilidad, el gasto en papel y también el poco valor operativo) ha publicado un estudio por el que la sustitución del papel por las monedas de un dólar, tendría un efecto positivo en las arcas gubernamentales, de unos 5.500 millones de dólares en los próximos 30 años. Eso sí, el ahorro empezaría a notarse a partir del quinto ejercicio desde la implantación. Y es que, entre los consumidores, la escasa aceptación de la moneda de un dólar, ha causado, según la Reserva Federal, que nada menos que 1.100 millones de dólares no entren en una circulación constante. Con esta medida, la inercia se podría revertir.

El informe hace referencia a otros países, incluyendo España, además de Australia, sus vecinos de Canadá, Francia, Japón, Rusia o Reino Unido que ya han realizado la transición de eliminar su billete de menor valor por las monedas. También se gana en ahorro de materias primas, ya que un billete tiene una vida útil, en sus mejores condiciones, de unos 40 meses; mientras que la moneda puede alcanzar hasta los 30 años.

El sector norteamericano del vending no sería reacio a este cambio (al contrario de otros proyectos que sí provocaron el rechinar de dientes), ya que los equipos están más que preparados para una aceptación masiva de monedas y se ahorrarían el problema de detectar, aceptar y realizar operaciones con billetes de dólar que estén muy dañados. Entre las desventajas, que la moneda es más fácilmente falsificable, pero sólo en términos técnicos, y no operativos y que todavía existe un rechazo significativo en la población hacia un cambio de estas características.