"La máquina del Bien", una iniciativa por un buen fin con el vending como medio

Las máquinas expendedoras también pueden ser un medio para repartir felicidad y contribuir a crear un mundo mejor y más justo. Así lo demuestra una emotiva campaña que puso en marcha la Fundación brasileña Abrinq, una organización sin fines lucrativos que trata de sensibilizar a la sociedad sobre los derechos del niño.

Con el ilustrativo nombre de "La máquina de Vending del Bien", la Fundación Abrinq hizo un uso muy inteligente de las máquinas expendedoras de libros que están repartidas por cinco de las estaciones más concurridas del metro de São Paulo (Sé, Barra Funda, Consolação, Trianon y Anhangabaú).

Así, desde principios de año y hasta el pasado marzo, los 3 millones de pasajeros que cada día utilizan el metro, pudieron realizar una donación a la Fundación, adquiriendo a través de las expendedoras unas tarjetas por valor de 1, 2 y 5 reales brasileños. En estas tarjetas (similares a aquellas que ya se pueden encontrar en algunas cadenas de supermercados) se representaba la imagen de niños con el lema: "Con su ayuda, podemos sacar a los niños desfavorecidos de la calle".

La intención de la campaña era conseguir donaciones para apoyar las iniciativas de la Fundación Abrinq, pero llegando al mayor número de personas de una forma más directa, impactante, creativa y menos invasiva. Utilizando las máquinas expendedoras, se ha dado al público la libertad de elegir, sin presión ni cargo de conciencia, si quiere aportar su granito de arena a una causa noble y necesaria en Brasil.

Por otro lado, la campaña – que seguirá en activo en la estación Consolação hasta el mes de junio – ha servido también como método de difusión de la Fundación (las etiquetas expendidas mostraban información en el anverso)... y de la lectura. Utilizando simplemente un carril de expedición para las tarjetas de Abrinq, se ha conseguido llamar la atención del consumidor sobre la venta automática de libros y revistas.



Responsabilidad corporativa
La implicación en causas solidarias sin fines lucrativos no es, ni debe ser, patrimonio exclusivo del ciudadano de a pie, que en ocasiones acusa sentirse con la responsabilidad de acarrear sobre sus espaldas (y bolsillos) el éxito de estas iniciativas. Un buen número de empresas privadas han demostrado su sensibilidad ante problemas sociales, llevando a cabo iniciativas desinteresadas. En el sector español del vending, sin ir más lejos, encontramos ejemplos de empresas privadas que colaboran con el Banco de Alimentos o fundaciones como Proyecto Hombre. 

Por otro lado, desde un tiempo a esta parte, los productos de Comercio Justo han ido abriendo una brecha en el sector de la venta automática. En este sentido, algunas instituciones públicas han comenzado a valorar que los operadores de vending ofrezcan la posibilidad de proveer estos productos, y ya se ha reflejado como condición en algunas licitaciones para cubrir plazas de vending en edificios públicos. De hecho, y como ya publicó hostelvending.com en su momento, el Ayuntamiento de Vitoria ordenó recientemente la provisión de productos de Comercio Justo en más de 100 máquinas expendedoras en edificios municipales.

En el camino de las iniciativas solidarias en el Vending aún queda mucho por recorrer. Prueba de ello es que el informe sobre Comercio Justo realizado por la ONG Setem, reveló que los sectores de la hostelería y el vending fueron de los que menos aportaron (un 12,9%) a esta forma de hacer negocio. No obstante, y conscientes de que en España siguen habiendo personas a las que le importan las personas, esperamos que algún día en nuestras máquinas también se dispense "el Bien".