Un mes después se disipan los malos humos que creó la Ley Antitabaco

HOSTELVENDING | 02/02/11.- En los primeros 30 días libres de humo, los fumadores han sido los primeros en dar ejemplo. El miedo a la perdida de cuota de mercado de las expendedoras de tabaco se va relajando por el aumento de puntos de venta. Incluso los hosteleros, pese a sus fuertes protestas, reconocen que la medida sólo les ha causado hasta un 10% de pérdidas, una cifra similar a la que están acusando otros comercios por la crisis. Lo que si ha bajado es la venta de tabaco en bares, entorno a un 40%, un descenso del que se han beneficiado los quioscos, estancos y gasolineras.

Desde el primer día de entrada en vigor de la ley la sorpresa de muchos fue descubrir entre los españoles un respeto mutuo sin precedentes. De la noche a la mañana, en la práctica totalidad de los cientos de miles de bares de España no había humo. Pese al ruido apenas ha habido denuncias. Los fumadores salen y entran ordenadamente al exterior a encender sus pitillos con total naturalidad. Las mesas grandes parecen una colmena, un constante entrar y salir de fumadores deja conversaciones, copas y raciones a medias. Pero los locales, a simple vista, siguen igual de llenos y las terrazas, pese al frío están haciendo su nuevo agosto.

Algunos hosteleros ven una bajada de ingresos, otros sin embargo observan un incremento. Pero todo indica que el cambio se debe más al valor añadido que puedan ofrecer, en un nuevo mercado en que ya todos los locales garantizan un espacio libre de humos. A ningún fumador se le prohibe la entrada en ningún sitio. La mayor parte de las consumiciones son de personas que acuden acompañadas y los grupos son los mismos ahora y antes de la ley, nadie ha cambiado de amigos por la ley. Mientras que antes los no fumadores aguantaban el humo y salían de vez en cuando a respirar aire puro, ahora son los fumadores los que tienen que salir a fumar tabaco. Eso es lo único que ha cambiado, los derechos de los que fuman siguen intactos, solo que su derecho termina donde empieza el del resto a no hacerlo y esto ha sido bien entendido, la gente no sale a fumar. Los clubes de fumadores no parecen ser suficientemente atractivos.

Comisiones Obreras ha acusado esta semana a las patronales hosteleras de estar resaltando e inflando un rosario de anécdotas con la intención de hacer creer que se ha producido una bajada descomunal de sus ingresos. La intención seria crear un estado de opinión favorable a rebajar la presión de la ley y, lo que sería aún peor, poder ajustar los sueldos y condiciones de sus trabajadores, ajustar las plantillas, impedir sus  reivindicaciones por el mantenimiento del poder adquisitivo y de derechos contraídos, y condicionar la firma de los convenios colectivos. Pero, pese al intento de los hosteleros de "contaminar el aire", la situación creada por la ley parece ser beneficiosa para todos.

Mientras algunos bares amenazan con apagar sus expendedoras para protestar, la mayoría de las estaciones de servicio están instalando máquinas de vending de tabaco. Sin ir más lejos, esta semana el Grupo Azkoyen ha firmado un convenio con las gasolineras de Repsol de la provincia de Cordoba para la instalación de dispensadoras de cigarrillos en sus tiendas de conveniencia. También está creciendo el número de quioscos que solicitan la instalación de expendedoras con un razonamiento claro, si se fuma más en la calle, esa es ahora la mejor posición para situar los puntos de venta. Tanto gasolineras como quioscos se frotan las manos, la atracción de los fumadores puede aumentar la venta de otros productos hasta un 30%. Otro negocio que se está beneficiando son las farmacias, la venta de cigarros de vapor, chicles y parches de nicotina y de otros productos para dejar el habito se ha duplicado en un mes.